Erase una vez, una bella cortesana.
Que titubeaba siempre al hablar,
con sus mejillas sonrosadas,
y un dulce y presto caminar.
Con sus brazos en jarras, pedía
a su hombre arrancar,
el hombre buen mozo y erguido,
a la alcoba acompaño,,,,
lo frotose en un baño caliente,
que portaba dignidad.
No sabía la hipérbole de la gravedad,
consumíosle el hombre en meses,
de pensar a su cortesana dejar.
En manos rapaces de otros,
que no la habrían de cuidar.
El que había puesto tanto,
educado y ofrendado,
mártir sería ya.
Rosas negras en capullos,
le quedaban por regar.
Cortesana mía.
Te dejo, no solo en vilo,
si no que azoto al viento tu nombre,
cual sea,,,,
No importa, serás más pronta vileza.
Dulce cortesana parca,,,,,
Muerto, estoy ya por dentro.
te dejo no sin antes decirte,
que moriré antes presto,
de no tener ya tus besos.
Ni tus nalgas, ni tus azotes,
Ni tu dolor en mi boca,
Y de tu sabor, que olvido ,,,
Ya muero, sin antes ser vivo ,,,,
Maica
http://www.barrankasblog.com/poesia-de-un-hombre-muerto/
¡Guaaauu! Esta cortesana me lo ha matado de amor... :)
ResponderEliminarMe encantó tu poema con historia y al estilo castellano, hermoso.
Un cariño grande.
Que maravilla de blgo, es precioso!
ResponderEliminarHola Liliana un placer tu visita por mi espacio
ResponderEliminarsiempre bienvenida, me alegro que te haya gustado, mi cariño para ti
Gracias madison por acercarte, me hace ilusión
ResponderEliminarparticipar por aquí, me siento recompensada
un beso.
Un placer siempre leerte
ResponderEliminarGracias Marco un besito
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