El pestillo de mi corazón,
sentimientos mutilados
por el tiempo,
Miro absorta
por mi ventana,
húmedos sus pasos,
chispeantes sus ojos,
sus manos aquejadas
por el paso del tiempo.
La vereda a lo lejos,
las vacas pastando,
los ancianos musitando,
el pozo añejo con estrías
en su lecho.
La casucha advierte
en sus grietas,
su centenario período,
su rosetón inflado y
los recuerdos aislados.
Amores desavenidos,
parcela de pensamientos.
En la alcoba frazada
de lana anticuada.
La chimenea arde insegura
por el tiro atrancado.
El fogón sostiene puchero
rancio.
Y yo simplemente me recuesto
en la vieja mecedora de sueños
rotos.

Maica