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Luna que diriges mi tiempo mi espacio
Que rezumas armonía de tu pecho
Y tus cráteres son el sufrimiento esculpido
En tu cuerpo.
Bella y armoniosa luz de plata
Que alumbras mis silencios
Desde el espacio me velas
Y veneras.
Luna poética del alba
Flor incrustada en piedra
Como diamante en bruto
Se adivina tu cuerpo en la noche
Como esfinge divina.
Bebes de las aguas de mi manantial
Sueñas mis versos pobres
Que enriqueces con tu misterioso llanto
Que derramas como copos de nieve.
Adivinas mi estado melódico que
Perturba tus sentidos.
Celosa emerges ante la mirada
De las estrellas, vigilando la noche.
No eres hembra ni macho, ni etérea
Ni frágil.
Ni sublime inmortal.
Maica
