El pestillo de mi corazón,
sentimientos mutilados
por el tiempo,
Miro absorta
por mi ventana,
húmedos sus pasos,
chispeantes sus ojos,
sus manos aquejadas
por el paso del tiempo.
La vereda a lo lejos,
las vacas pastando,
los ancianos musitando,
el pozo añejo con estrías
en su lecho.
La casucha advierte
en sus grietas,
su centenario período,
su rosetón inflado y
los recuerdos aislados.
Amores desavenidos,
parcela de pensamientos.
En la alcoba frazada
de lana anticuada.
La chimenea arde insegura
por el tiro atrancado.
El fogón sostiene puchero
rancio.
Y yo simplemente me recuesto
en la vieja mecedora de sueños
rotos.

Maica
Conozco esa mecedora.
ResponderEliminarMe tenía amargado.
Hasta que pude escaparme.
Aunque donde fui a parar es como un limbo helado pero al menos los recuerdos no duelen.
Besos.
triste tu relato hoy,cariños
ResponderEliminarAinssss Toro ,Toro,,,,,,,,,,
ResponderEliminaresa mecedora, que sueñosssssssss uhmmmmmm
besitos
Fiaris cariño la poesía es asi, unas veces calma y otras encoge el alma, un besito
ResponderEliminarhace rato queria leer algo asi de tranquilo. me ha encantando.
ResponderEliminartranspira sentimientos...
ResponderEliminarme da buenas sensaciones,
mucho por dar y mucho por recibir
y muchísimo por sentir...
eres como un sueño, aunque
la realidad, siempre, es mejor que los sueños
un abrazo con cariño
Joan
Djuna me alegro haberte aportado esa paz, gracias por venir.
ResponderEliminarUn beso
,,,evidentemente la realidad siempre es mejor que la ficción, gracias Joan por pasarte por aquí,,,,,
ResponderEliminarUn beso
ME HA ENCANTADO LEERTE, SENTADO EN LA MECEDORA..UN PLACER ¡¡
ResponderEliminarAndres
Gracias Andres, me gusta la mecedora al óleo
ResponderEliminarUn besito